27/10/09

Tiempo ( K)

Las hélices del reloj colgado en los tabiques de todas las moradas en las que nos refugiamos, aparentemente son las más lentas e inofensivas del mundo, sin embargo, pertinaces, nos desgastan y, finalmente sin querer, les cedemos nuestro ser. Son las cuchillas que serruchan circunferencialmente la pared y, pronto, de tanto insistir, formarán el agujero negro; el que creíamos que las tardas agujas nunca iban a consumar por juzgar apodícticamente que los muros eran de diamante; que nos absorberá de manera inexorable a la dimensión desconocida, y sólo dejará de nosotros ocho cifras en un sórdido paréntesis.

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